- La superficie se ve bastante bien, pero los adjetivos están
gelatinosos y poco crocantes. Es una lástima, te dimos las mejores palabras y
las transformaste en ingredientes insulsos. La corteza tiene demasiados puntos
comunes y metáforas que solo un novato encontraría interesantes, eso le resta
sabor. Puedes dar más y lo sabemos, pero entraste en descontrol y dejaste que
la estructura y la sintaxis se difuminaran. El prólogo está notoriamente
crudo.
- Si, señor Chef.
- Pasa a ocupar tu puesto. Dante, trae tu cuento por favor.
Dante tomó su plato y lo abrazó cual si fuera un tesoro único y
admirable, una joya de la literatura. Con gran delicadeza lo puso sobre la mesa
de los jueces.
Al introducir el tenedor se produjo el mismo sonido que cuando alguien
pisa las hojas otoño. El chef jurado abrió los ojos cuanto pudo, presa del
asombro.
Todas las tildes en su lugar, cada párrafo tenía fluidez y elegancia.
- Sin duda un gran cuento, tiene un sabor excelente. Una gran entrada
en el paladar, te luciste y me siento orgulloso de que con palabras y conceptos
tan manidos hayas logrado algo de restaurante cuatro estrellas.
La presentación mesmeriza, la mezcla de sabores es genial, supiste
condimentar con exactitud las frases yuxtapuestas. Tus sujetos y predicados
tienen la cocción exacta, se agradece sobremanera que usaras con precisión los
adjetivos, mezclándolos de forma tan interesante.
Todos, atentos, este es el sabor de un cuento. Pronto les contarás a
los demás la receta que usaste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario