Santiago, 4 de Octubre de 2017.
Estimada Doña Violeta,
Presente:
Sé que le tiene sin cuidado, pero
me gustaría darle a conocer que hoy en nuestro país gran revuelo y
celebraciones está causando el que hoy, de estar viva, habría cumplido cien
años. No creo ser autoridad ni un gran estudioso de su obra, pero me parece conocerla
en cierta medida y a Ud. también, gracias al tiempo que he dedicado a tratar de
comprenderla y también a causa de haber compartido con un gran número de
cultores que le conocieron, de quienes recopiló material y con quienes
compartió alguna tertulia musical.
Mi intención más profunda es
agradecerle, por su sacrificio, su tesón y por darle cara a un contexto social,
artístico y político muchas veces hostil. Tal vez las cosas no son como le
habría gustado, le han transformado en un obstáculo a la creación, que sé era
uno de sus máximos anhelos. No obstante, por lo menos hay cierto interés en
mirar hacia la raíz, o al sucedáneo que nos quieren hacer creer es la
tradición.
Se ha dado lugar a muchos
homenajes, gran mayoría de ellos re versiones poco cuidadas de canciones que
compuso o recibió de primera mano entre campo y cordillera. Mucho escenario,
mucha luz, fuegos de artificio y propuestas muy lejanas a lo que habría sido su
idea de tributo, pero; en fin, por lo menos hay energía puesta en ello.
Entiendo que se haya sentido
sola, abandonada, poco comprendida. En la actualidad la situación no ha
cambiado mucho. Me parece muy probable el que, si pudiéramos hacerla resucitar,
tomase la misma decisión que tomó hace cincuenta años en su carpa de la Reina,
esa que resultó inviable a la larga por su escasa rentabilidad.
Los cantores, los cultores; esos
que fueron su néctar y fuente de conocimiento y sabiduría siguen marginados de
convocatorias, conciertos y de lo masivo. Algunos, afortunadamente, conservan
esa pureza que tanto a Ud. le agradaba. Esos son lo que más valía tienen, ¿Me
equivoco?
Me gustaría saludarla, darle un
abrazo, conversar con Ud. sobre la actualidad del canto a lo poeta, de la paya,
de la música chilena (no confundir con la hecha en Chile), del pueblo; de sus
necesidades y sueños.
No oculto mi admiración, mi
respeto y mi enamoramiento platónico hacia su persona. Nuevamente le agradezco,
con mucha humildad.
P.D.:
Como fue Violeta Parra
deberían haber quinientos,
pero no hay ni uno que valga
la pena en este momento.
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