Eva por sierpes tentada,
Por el supremo expulsada
Del glorioso paraíso;
Seguirte fue mi condena
A más tristeza y más penas
Surgidas de un improviso.
Ni Salomé ni Herodías
Ni Dalila, vida mía,
Rompieron mi corazón
En un nocturno conato;
¡Que severo pugilato,
Con tan oscura intención!
Eres un Fénix vocablo
Para las rimas que entablo.
Causa de males, Helena;
Hera que a Hefesto derrocas
Todo bien por mal lo trocas,
Ruta, guía a la Gehena.
Trompeta del fin del mundo,
Calor y flama fecundos,
Apocalipsis guerrero,
En vestidos de mujer.
Demonio que al florecer,
Es el infierno que quiero.
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