… Era evidente a ojos de todos que Fanna y Klost se ditanciaban cada
vez más a medida que las carreras avanzaban. Klost, que había estado en una
posición privilegiada, era asediado por los increíbles resultados de Fanna.
Eran la pasión desmedida, esa entrega que desplegaba en la pista, la épica que
tenía. Podía hacer cosas increíbles.
Klost en cambio era frío y calculador, podía manejar las carreras de un
modo sobrio y sin riesgo. Era eficaz, pero menos llamativo y colorido.
Sin duda, ambos eran seres competitivos.
Los ingenieros dejaron de compartir información, los entrenamientos
eran misterio y dentro del equipo parecía… Habían dos equipos distintos.
Dejaron de hablarse y eran agresivos en diversas formas y niveles,
sobre todo en carrera. Todos sabíamos que no podía terminar bien, al campeonato
le quedaban un par de grandes premios y Klost se iría de la escudería. La
situación era insostenible. La más pequeña chispa podía encender la mecha. La
explosión sería mortal.
Mecha que estalló en Japón, para variar en Japón…
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