- Pi pa, pi pa pá…
Así cantaba la canción ella.
Sabiendo que esa no era la letra y conociendo con total seguridad hasta el
número del track y en qué cara aparecía, decidió divertirse oyendo la versión
libre que la señora entonaba.
- Pi pa, pi pa pá… Esa canción la
escuchábamos cuando lolos. ¿De quién será?
Permaneció mudo, sabía, pero
tenía la intención de seguir jugando.
- Una tontera de canción. Yo le
pagaría al que supiera de quien es, me haría bien escucharla de nuevo.
Su interés se hizo mayor. Ahora
que vio que podría sacar algún rédito, por fin opinó.
- ¿Cuánto pagaría?, preguntó inquieto.
- Un almuerzo contundente y bien regado
en el lugar que quieras.- fue la respuesta.
Hizo algunas observaciones y
acotaciones para asegurarse de recibir una recompensa mayor, antes de revelar
sus cartas.
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