20 de Enero de 1968. Gira sur.
Perdimos a Marce y Danita en medio de la carretera.
Ambas venían en la parte de atrás del camión. El chofer dice
no haber visto o escuchado nada raro, que solo se dio cuenta de su falta cuando
paró a cargar combustible. Según él, informó a las autoridades policiales del
lugar, lo que no he podido corroborar aún.
Marce y Danita fueron u objetos de deseo durante años para
mí, antes de poder poseerlas y disfrutar de sus dones. No creo encontrar un
reemplazo que les haga justicia, con las que me entienda de la misma forma y seamos
uno.
No sabría decir a cuál de las dos amé más, ambos eran amores
gigantes, aunque muy distintos. Una conoció mi infancia, mi falta de experiencia,
mi inocencia y mi empuje y brío. La otra me encontró más maduro, ya en la cima
de la fama y con dinero para poder elegir lo que yo quisiera, la escogida fue
ella.
A ambas les entregué cariño sin condiciones, me preocupé de
mantenerlas como se merecían, las usé en cada ocasión que pude, a veces con
ternura, otras agresivamente. Fruto de ello, en sus cuerpos habían marcas que
hice, mi aroma estaba impregnado, mi forma de ver la vida y, solo al tacto,
podría reconocerlas.
Estoy en búsqueda de enamorarme de otra (quizá más de una),
pero, por lo pronto, mientras estemos de gira, me será imposible tener tiempo
para probar guitarras.
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