Salimos con la bendición del cura, a derrotar a un enemigo
que amenazaba nuestra soberanía, a defender nuestra Patria y el honor de nuestro
pueblo.
Volvimos y ya no habían iglesias, nuestro enemigo era un aliado,
la Patria había cambiado muchísimo y el honor brillaba por su ausencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario