emprendió hacia el sur el viaje
y esos rurales parajes,
con sus cuentos los recorren.
Saludan los pasajeros
por su nombre al conductor,
rumbo al mar y su estertor
se dirigen los cuenteros.
Donde Huilliches vivían,
en las costas de San Juan,
relatos con mucho afán
bajo el sol compartirían.
Luego a Puerto Varas fueron
con un Llanquihue que brilla
y al contar en sus orillas,
en niños se convirtieron.
en niños se convirtieron.
Basado en un texto de Christian Pino Palominos.
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