Le llamaron para avisarle que había ganado…
El mismo día que fue a buscar su premio empezó las gestiones para darle
buen uso, no era cosa de elegir a cualquiera, se trataba de una inversión y no
de un gasto.
Sacó su teléfono portátil del bolsillo con la imagen de la chica a la
que iba a llamar en mente.
Luego de explicarle el asunto, aceptó ella con gusto; aunque se desdijo
un par de frases después.
- Puede darle celos a mi novio.
No tenía el más mínimo interés en despertarle celos a nadie y, además,
había pensado en ella por su capacidad para estar callada.
Pensando en otra persona, efectuó el llamado en seguida. Le pareció
buena idea, al igual que la anterior candidata, pero del mismo modo dio un paso
atrás unas cuantas frases después.
- Me queda muy lejos. - Se justificó.
La tercera es la vencida, si que hizo un tercer llamado. Del otro lado
de la línea la mujer contestó con mucho entusiasmo, la idea le cautivó; pero al
igual que quienes marcaron la senda antes, declinó luego de unos minutos.
- Mi abuela está loca y no me va a dejar salir. -Como siempre, unas
disculpas absurdas e inanes para ocultar lo que realmente debía ser dicho.
Siguió sumando y sumando intentos, quedándose sin números pendientes
por discar.
Miró las entradas al cine con odio.
Escribió sobre ellas todas las excusas que había recibido de la mucha
gente a la que había llamado. No quedando espacio donde escribir, repasó encima
una y otra vez. Las entradas eran más tinta que papel ahora y nadie podría
reconocer que había bajo esa mancha negra goteante.
Las tiró al suelo y las pisoteó una y otra vez.
Decidió que nunca más volvería a participar en concursos telefónicos.
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