Peña tiene el talento de saber llevar la tensión hasta el extremo sin
caer en caricaturas. Tensa un hilo invisible y que jamás se corta, es de una
descripción alejada de toda prisa, con un pulso métricamente perfecto y un
ritmo travieso. Busca el placer del lugar común, pero vaya que provecho le saca
con descripciones geniales que casi llegan al absurdo. Es un escritor de gran
talento dotado de un humor pocas veces visto en una sociedad tan poco capaz de
reírse de si misma como la nuestra.
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