- Te ves preocupado, Emerson.
- Es el auto, es la presión. No he cruzado la meta ni siquiera una vez
con este auto, Sam.
- No tienes que comprobar nada. Eres el hombre más rápido. Lo has
comprobado con tus campeonatos. ¿Por qué no nos vamos de pesca? Renunciamos a
todo esto y nos vamos a pasear y a compartir con nuestras familias. Llevo casi
treinta años de médico aquí.
- No puedo, Sam. No ahora. Uno no deja la pista, es ella la que te deja
o te mata. No hay más opciones.
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