
Hasta ahora las letras que han caído son minúsculas, espero con ansias
ver una lluvia de signos de puntuación. Hace mucho tiempo que no hay una de
ellas, no en esta zona al menos. La última de la que tuve noticia fue hace más
de diez años y provocó severos altercados en la capacidad de redacción y
ortografía de los pobladores. Según me han contado el pueblo no estaba
preparado para tal acumulación de puntos, comas y tildes en las calles.
Las lluvias de letras mayúsculas son un evento simpático y curioso; a
uno de mis vecinos, durante la gran lluvia de mayúsculas del año pasado, que
duró aproximadamente dos semanas, le cayó una letra E en plena cabeza y cuando
lo encontramos estaba imposibilitado de pronunciar palabras que no comenzaran
con dicha vocal. Dentro de todo fue un accidente no tan perjudicial, si hubiese
sido una W o una X sus capacides de comunicación se habrían mermado en forma
ostensible. El caso es que su enfermedad le duró en total casi un mes entero.
Aún recuerdo que escribía de forma compulsiva solo letras E en un cuaderno que
le había sido facilitado para ejercitar.
Cuando salgo a caminar después de la lluvia me gusta pisar las letras
que quedan desparramadas sobre la acera, a medida que se van secando emiten un
sonido crujiente exquisito e inigualable. Hay que tener ciertas precauciones
eso sí, para que no queden partes de la letra pegadas al cuerpo de uno, en
ocasiones eso provoca la imposibilidad de leer letras diferentes a las que han
sido pisadas.
Un amigo me contó que en el país en que reside las lluvias son distintas,
caen ideogramas y símbolos de la más inimaginada naturaleza, y como además los
alfabetos de otras latitudes poseen un vasto cúmulo de caracteres las lluvias
suelen durar más. Como es lógico de imaginar, por tal razón las actividades
normales de los habitantes de estas regiones son muchas veces obstaculizadas
por los chubascos aunque sean parciales. Las lluvias en esas localidades no son
bien recibidas.
El noticiero ya empieza a transmitir programas extra en tono de
emergencia para ponernos al tanto de algunos sucesos provocados por la lluvia.
En la ciudad aledaña a esta un automóvil quedó en medio de la carretera,
cruzado impidiendo el paso normal; ya que pasó su conductor de forma distraída
sobre un montón de F sobre el asfalto. Siendo la F la letra inicial de la
palabra freno el vehículo se detuvo súbitamente, se están realizando maniobras
para poder retirarlo de la ruta en cuestión. Los rescatistas, según muestran
las imágenes están vestidos con el adecuado atuendo anti-letras, un plausible
invento de las unidades de emergencia del país que fue desarrollado con la más
alta tecnología.
Querían entrevistar a las autoridades acerca de los planes de
contigencia a nivel nacional, pero una H de esas que no se pronuncian fue
tragada por el secretario de estado, haciendo inútiles los esfuerzos para que emita palabra alguna.
Es exageradamente entretenido ver como la gente en esta angosta franja
de tierra reacciona ante las letras y sus consecuencias. La mayor parte de los
paisanos les tiene gran terror, haya o no lluvia de ellas. A mí las letras me
encantan, como no, siempre y cuando pueda saborearlas en su dosis debida.
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