Por el trompo
Huaso que bailas la cueca
con colorido chamanto,
dando al mismo sol envidia
con tu giro y solevanto.
Cuando esa faja trenzada
otorga envite a tus pasos
te abalanzas, sin retraso,
con nobleza atiborrada.
Orgullo muestras en cada
vuelta que das como rueca,
es incesante la mueca
de jactancia y pleno gozo
que te distingue por mozo,
huaso que bailas la cueca.
El zumbel es el impulso
que da inicio a tu paseo
y eres fiel a tu deseo,
en cada vuelco, convulso.
Eres certero en tu pulso,
con gran donaire y encanto.
Sin atraso, ni adelanto,
pintas tonales saetas,
cual si fueras un cometa
con colorido chamanto.
Con completa donosura
te mantienes fijo a tu eje,
no habrá quien de aquél te aleje
ni de tu marcial pretura.
Mantienes la compostura,
ignorando toda insidia.
Hasta con los dioses lidias
con tu gracia y rotación,
vas, causando admiración,
dando al mismo sol envidia.
Una vuelta, otra más, luego,
el escobillado viene,
en el zapateo mantienes
tus tacos sacando fuego.
No te detengas, es ruego,
pues sería un desencanto
ver tu sangre de amaranto
esparcida por la pista,
que, por asalto, conquistas
con tu giro y solevanto.
Ve, poco a poco, tu audiencia
que te apagas gradualmente,
perdido en esa insurgente
y magnánima opulencia.
Trastabillas sin conciencia,
por tí mismo, hipnotizado.
Gran espectáculo has dado,
por fin, puedes descansar,
que pronto habrás de bailar
otro pie, bien aniñado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario