… Esa voz, tremenda y desgarradora. No me cabía en la cabeza que
viniera de un cuerpo tan pequeño, con esa cara niño bueno y tímido. La primera
impresión fue, saquen a este mamarracho de aquí.
Cuando tomó el micrófono me hizo tragar mis palabras con aserrín y
arena. El tipo parecía de dos metros en el estrado. Crecía y crecía. El estudio
estaba lleno de su voz y nosotros estábamos copados de las emociones que nos había
despertado.
No recuerdo haber recibido impacto similar en mis años de ser productor, que fueron más de la mitad de mi vida…
No recuerdo haber recibido impacto similar en mis años de ser productor, que fueron más de la mitad de mi vida…
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