No tuve mucho tiempo la primera vez que fui. Pero la segunda, estando
solo y con todo ese acervo de libros a mi haber, no perdoné. Leí por horas y
horas todo lo que allí pude encontrar y también lo que no estaba permitido
tomar de los anaqueles. Versos antiquísimos, biografías de los próceres,
cassettes en los que se podía oír el paso de los años en el desarrollo del
canto campesino popular, aquello que me llena el alma.
Fotos, anécdotas, cosas olvidadas que para mí son un tesoro. Dispongo
una torre de libros a mi derecha y trato de leerlos en el lapso más corto
posible. Transcribo brindis, décimas y sobretodo cuartetas con su respectivo
funda'o para cantarlas luego acompañado de las madejas.
Me gustaría saber cuantos cantores en formación han hecho un trabajo
tan esmerado como el mío en cuanto a leer, buscar, recopilar y oír a los
antiguos patriarcas; no obstante, no reflexiono en el tema pues podría sentirme
más solo de lo que estoy en el área.
Me dijeron con estruendo
Que aquello no se podía;
Aprender doscientos versos
Y cuarenta melodías.
Sigo leyendo y encuentro las palabras de un célebre investigador alemán
de apellido Lenz, un guitarronero sabe a cabalidad 3 o 4 melodías, uno muy
bueno maneja más de una docena.
Me complace leerlo, y si el Sr. Rodolfo vivo estuviera le diría que la
situación no ha cambiado en demasía. Encuentro una selección de las
ilustraciones de la Lira Popular, los dibujos, con toda su bizarría y lo hoscos
que han sido en su confección, no dejan de tener un encanto sublime. Es una
epifanía darse cuenta como en épocas pretéritas la gente se aventuraba a hacer
cosas la mayor parte del tiempo con recursos escasos, ¿Qué primaba? El ingenio,
tesoro perdido en la actualidad.
Mi lira bien encordada
Se encuentra lista señores,
A poetas y cantores
Se las ofrezco afinada.
Luego queda en frente mío un pequeño facsímil, y es notorio el maltrato
que ha sufrido. Es un sobreviviente dentro de los libros imponentes y de buen
parecer que existen en el lugar. Relata las reglas tácitas del canto, esas que
ningún intérprete escribió pues eran consabidas dentro del gremio. Gran parte
de los protocolos a seguir están allí relatados con gran detalle, penosamente no en primera persona. El pequeño
manual ha sido escrito por un espectador interesado en el área, pero lego en
ciertos aspectos.
Parece cosa imposible,
Pero al fin sucederá:
La Tierra concluirá
De una manera horrible.
La hora avanza y avanza sin mostrar piedad por mis deseos y anhelos de
artista, el cierre se hace inminente. Me despido de todo el personal, que me ha
tratado como visita ilustre. Van a cerrar por remodelación, espero volver
pronto. Me llevo mucho material aprendido, y también muchas ganas de seguir
aprendiendo, no hay placer más exquisito que sentirse honesto al transmitir la
tradición lo más fielmente a como sus fuentes originales la crearon.
Volveré.
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