
Del mérito no me apropio,
solo planté una semilla
la que, casi sin ayuda,
fue transformándose en vida.
Creció y, hoy, es camarada
Sabia machi y fiel amiga.
Descifra, con gran talento,
lo que traen futuros días
también que hubo en el pasado,
lo que el presente atavía.
Del mérito no me apropio,
solo planté una semilla.
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