jueves, 4 de septiembre de 2014

Lo que no se hereda, bien se puede hurtar

Golpeó la puerta con gran fuerza.
- Llanca!! - Gritaba al no obtener respuesta desde el interior. Cada vez lo hacía con más fuerza.
De pronto una de las cortinas del segundo piso se movió. Se escucharon pasos  y la puerta se entreabrió.
- Andrés, ¿Eres tú? Qué cambiado estás!!!
- Déjame entrar, es urgente. 
Llanca abrió la puerta mirando con sigilo hacia fuera, cerciorándose que nadie siguiera a Andrés.
- ¿Qué pasa?
- Encontré esta carpeta con escritos. Necesito que la guardes por un tiempo.
Llanca revisó la letra, y aunque la conocía hizo vista gorda.
- La guardaré, pero solo por una semana. Sabes bien porque.
- Eres una gran mujer, te adoro. Nos vemos el próximo Lunes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario